Las puertas de nuestro hogar constituyen un verdadero símbolo de seguridad y protección, si bien es cierto que no todas son igual de resistentes y seguras, muchas tienden a ser realmente vulnerables ante posibles ataques de ladrones profesionales, por lo que resulta conveniente, tomar las precauciones adecuadas para salvaguardar su integridad y por ende, la seguridad de nuestro domicilio.
La técnica de robo más popularmente conocida y utilizada por los profesionales que asaltan viviendas es el Bumping, una ingeniosa táctica que permite en escasos minutos, sin apenas hacer ruido y sin dejar indicios de haber cometido un acto delictivo, forzar la puerta para posibilitar su apertura. Dicha técnica de robo se fundamenta en la introducción una copia de la llave de la puerta, acorde a la marca del cilindro, calibrada en la posición más baja de los pistones de tal forma que, tras su colocación, se deben realizar unos golpes secos con un cincel o un martillo sobre la misma hasta lograr que los contrapistones salten, abriéndose la puerta.
Pese a ser una técnica que requiere cierta habilidad por parte del ladrón, en las últimas décadas lamentablemente esta técnica de allanamiento se está volviendo más compleja y depurada. Para contrarrestar tal método de ataque se han creado bombines de seguridad especialmente diseñados para protegerse de las prácticas delictivas del Bumping. Estos bombines antibumping cuentan con pistones inamovibles, pistones que no se desplazan por lo que, aunque reciban duros golpes, no saltarán y no permitirán girar la llave copiada.
Es una técnica de robo muy sencilla y rápida, basada en forzar y lograr la rotura del bombín, procediendo acto seguido a la extracción del bombín con total efectividad.
Protegerse y reforzar la seguridad de nuestra puerta ante tal método de ataque parte de sustituir el bombín básico con el que cuente nuestra vivienda por bombines antirrotura especiales, modelos más sofisticados que cuando intentan ser manipulados mediante la rotura del bombín, y la posterior extracción del bombín, saltan e inutilizan la puerta, impidiendo su apertura.
Técnica de ataque similar a la de la rotura de los bombines, en la que se fuerza el escudo que cubre el bombín con sencillez, ya que no cuenta con la calidad y características adecuadas para su protección. Esto ocurre, porque en muchas ocasiones se tienen instalados en la puerta embellecedores en vez de escudos de seguridad.
La instalación de escudos de seguridad de acero y otros materiales cubre los bombines completamente, dejando únicamente expuestos su rotor, imposibilitando acciones de fuerza contra estos con total garantía.
Técnica muy rápida y silenciosa que solo requiere de la disposición de una radiografía y que se dé el hecho de que el cerrojo no esté echado. Pasando ésta entre puerta y marco, se va manipulando hasta que el pestillo termina cediendo.
Basta con pasar siempre el cerrojo por dentro y pasar la llave debidamente al salir de casa o dejar las llaves puestas en la cerradura cuando nos encontramos en ella para repeler tal táctica delictiva.
Con una broca fina, se taladra la cerradura y en pocos minutos se logra forzarla y acceder a la vivienda.
Gracias a los bombines anti rotura y los escudos de seguridad de acero, el taladro no tendrá espacio para acceder a la cerradura, por lo que no podrá romperse y extraerse la misma.
Una técnica clásica y muy cinéfila pero que curiosamente se sigue ejecutando con alto porcentaje de éxito. La utilización de una llave de tensión combinada con una ganzúa, (muy fácil de conseguir en el mercado) permite manipular la cerradura hasta su apertura sin gran estruendo ni mayor complicación.
Mediante la instalación de cualquier cerradura de seguridad sofisticada, las puertas quedarán suficientemente protegidas ante cualquier intento de manipulación con ganzúas.
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